No todo lo que reluce es solo oro. La plata está adquiriendo un nuevo brillo en el mercado.
Considerados anteriormente solo como cobertura ante las turbulencias, se han convertido en activos esenciales. Desde 2023, el oro ha subido un 103 %, mientras que el S&P 500 ha subido un 72 %.
Solo en 2025, el oro ha subido un 40% y la plata un 44%. El oro ha superado los 3.600 dólares por onza, alcanzando máximos históricos, y la plata se sitúa en 41 dólares, su nivel más alto desde 2011.
El mensaje es claro: los operadores están repensando dónde reside la estabilidad en un mundo de déficit, inflación y riesgo político.
Los tres pilares que impulsan el Rally
Este repunte se sustenta en tres fuerzas. En primer lugar, el gasto deficitario ha incrementado el déficit fiscal estadounidense a casi 2 billones de dólares anuales, inundando los mercados con bonos del Tesoro y elevando los rendimientos a máximos de 11 años.
Los bonos parecen menos atractivos cuando los rendimientos reales son reducidos, por lo que el capital se está desplazando hacia activos duros.
En segundo lugar, la correlación del oro con las acciones ha cambiado. En 2024, alcanzó 0,91 con el S&P 500, lo que demuestra que el oro ya no es solo un seguro contra la debilidad, sino también una cobertura paralela contra la inflación y el crecimiento impulsado por la deuda.
Finalmente, la demanda de activos refugio ha adquirido un nuevo peso a medida que los bonos pierden su papel como ancla de las carteras.
Los bancos centrales lideran el cambio
Los bancos centrales están impulsando este movimiento. Por primera vez desde 1996, las reservas de oro superan a las de bonos del Tesoro estadounidense en las reservas globales.
El oro representa aproximadamente el 20% de las reservas de divisas, superando al euro con un 16%. La razón es sencilla: los bonos del Tesoro y el acceso a SWIFT pueden congelarse, mientras que el oro en una bóveda nacional no.
Las compras han sido incesantes y han superado las 1.000 toneladas anuales durante tres años consecutivos, más del doble del ritmo de la década anterior.
China lidera el avance, sumando reservas cada mes, mientras Rusia, Turquía e India también aumentan sus reservas.
Una encuesta del Consejo Mundial del Oro muestra que el 95% de los bancos centrales esperan que las tenencias globales aumenten aún más, y casi la mitad planea aumentar las suyas.
Esta ola constante de demanda del sector oficial sugiere que la fortaleza del oro es más que cíclica: refleja un reequilibrio estructural de las reservas globales.
El doble papel de la plata
La plata se beneficia tanto de los flujos de inversión como de la demanda industrial. Los ETFs sumaron casi 1.000 toneladas solo en junio de 2025, elevando las tenencias a alrededor de 24.000 toneladas.
La demanda minorista de monedas y lingotes se mantiene fuerte, mientras que las tasas de arrendamiento se dispararon por encima del 5% desde casi cero, lo que indica escasez. También se ha abierto una brecha de 1,20 $ entre los futuros de COMEX y el precio al contado de Londres.
Más allá de la inversión, la plata es vital para la economía verde, ya que se utiliza en paneles solares, vehículos eléctricos y electrónica. Esta base industrial le otorga una sólida base de demanda.
Camino a seguir para los precios
Los próximos meses dependerán de la inflación y la política monetaria de los bancos centrales. Si la inflación se mantiene alta y la Fed relaja su política monetaria, el oro podría alcanzar los 4.000 dólares para finales de 2025.
Si la inflación se modera y las tasas reales suben, los precios podrían consolidarse. Es probable que la plata siga al oro, pero con fluctuaciones más pronunciadas. Una ruptura sostenida por encima de los 40 $ podría allanar el camino hacia los 50 $, nivel visto por última vez en 2011, aunque una menor demanda industrial la expondría a retrocesos más pronunciados.
Por ahora, el pronóstico apunta a resiliencia. El oro se mantiene bien respaldado por los déficits, los riesgos inflacionarios y las compras de los bancos centrales.
La plata, con su combinación de demanda monetaria e industrial, conlleva mayor volatilidad, pero también el potencial de ganancias descomunales si se mantiene el impulso.
Movimientos clave de la semana
Con ese telón de fondo, los mercados ahora están reaccionando en tiempo real y los movimientos de la semana ya están trazando líneas de batalla claras entre divisas, materias primas y acciones.
El índice del dólar estadounidense ha retrocedido desde 97,90 y podría superar los 96,834 si la debilidad se profundiza. El EUR/USD avanza ligeramente desde 1,1675 con posibilidades de alcanzar 1,17795, mientras que el GBP/USD sube desde 1,3510 y se acerca a 1,35901.
El USDJPY ha caído desde 148,10, con un cierre por debajo de 147,058, abriendo el camino hacia 146,298. El USDCHF también se encuentra débil, amenazando con 0,79148 si rompe 0,7957.
Las divisas vinculadas a materias primas están ganando terreno. El AUD/USD apunta a 0,6690, el NZD/USD se acerca a 0,6000 y el USD/CAD ha caído por debajo de 1,38574, con 1,3820 ahora en el punto de mira.
El petróleo se mantiene volátil, rebotando desde los 62,70 $ antes de retroceder hasta los 64,35 $. Una caída por debajo de los 61,804 $ podría llevar al mercado a los 58,40 $.
El oro se consolida con soporte en $3,585 y $3,550, mientras que una ruptura podría apuntar a $3,835. La plata se ha mantenido por encima de $40.511, con los alcistas apuntando a $42.55.
Las acciones estadounidenses siguen boyantes, con el S&P 500 probando los 6.870 y el Nasdaq apuntando a los 25.450.
Las criptomonedas se mantienen firmes, con Bitcoin rebotando desde 110.250 hacia 116.200 y Ethereum rompiendo al alza con 4.585 a la vista. El gas natural se mantiene bajo presión cerca de 2,97.
En cuanto a acciones, UnitedHealth se mantiene por encima de 326,22 con un valor intrínseco más cercano a 410, mientras que Novo Nordisk ha subido desde 52,80 hacia un valor justo de 90. El impulso de las ganancias mantiene a ambos nombres respaldados.
Eventos clave de la semana
Los mercados se enfrentan a una semana repleta de datos y decisiones de bancos centrales que podrían cambiar el impulso de las divisas y las materias primas.
El martes 16 de septiembre, la atención se centra en la mediana interanual del IPC de Canadá y las ventas minoristas intermensuales de EE. UU. En el caso del dólar canadiense, un dato inflacionario elevado podría reforzar las expectativas de cautela del Banco de Canadá, lo que impulsaría el dólar canadiense.
En el caso del dólar, las ventas minoristas serán observadas de cerca como un barómetro de la fortaleza del consumidor, donde cualquier desaceleración podría pesar sobre el dólar.
El miércoles 17 de septiembre, el Banco de Canadá publicará su decisión sobre la tasa de interés a un día. Los mercados están divididos sobre si las autoridades monetarias pueden mantener la tasa estable o insinuar una flexibilización, dadas las dificultades para el crecimiento.
Es probable que el CAD se mantenga sensible tanto al tono de la política como al contexto inflacionario.
El jueves 18 de septiembre está cargado de eventos de riesgo. La Reserva Federal de EE. UU. anuncia su tasa de fondos federales, y los operadores analizarán no solo la decisión, sino también el lenguaje sobre crecimiento e inflación. Nueva Zelanda publica su PIB intertrimestral, una prueba clave para el dólar neozelandés tras recientes debilidades en los datos.
El Banco de Inglaterra también fija su tipo de cambio oficial, donde el equilibrio entre el control de la inflación y las preocupaciones sobre el crecimiento será crítico para los operadores de GBP.
El viernes 19 de septiembre cierra la semana con la publicación de la tasa de interés oficial del Banco de Japón. Incluso pequeños cambios en el tono de la política monetaria pueden afectar negativamente a los mercados del yen, dada la sensibilidad del yen a los diferenciales de rendimiento globales. Cualquier señal de que el Banco de Japón pueda ajustar su postura repercutiría en los mercados de divisas.
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