En la primera mitad de 2025, el dólar estadounidense se ha debilitado significativamente, cayendo casi un 10–11% frente a monedas principales como el euro y el yen.
Donald Trump ha manifestado su preferencia por un dólar más débil, alineándose con su agenda de “América Primero”. Un dólar más suave encarece las importaciones, fomentando la producción nacional y haciendo que las exportaciones de EE. UU. sean más competitivas en el extranjero.
Sin embargo, la estrategia política es solo uno de varios factores que contribuyen. La debilidad del dólar también se debe a un aumento en los déficits comerciales de EE. UU. y a la presión fiscal creciente, en gran medida debido a los planes fiscales y de gasto de Trump, que se prevé aumenten la deuda nacional en aproximadamente $3.4 billones en la próxima década.
Mientras la Reserva Federal ha reconocido que la inflación sigue siendo una preocupación, la disminución de las tensiones en el Medio Oriente ha alimentado la percepción de que podrían haber recortes en las tasas de interés, reavivando las esperanzas de una relajación monetaria en la segunda mitad del año.
Mientras tanto, las crecientes tensiones entre EE. UU., China y Rusia han fortalecido la determinación de los países BRICS de reducir la dependencia del dólar estadounidense, contribuyendo a un cambio en los flujos de capital a medida que los inversionistas globales se diversifican de activos denominados en dólares.
Este panorama en evolución está transformando los patrones de inversión en los mercados emergentes. ¿Pero la debilidad del dólar presenta una oportunidad real o una posible trampa?
Por qué los Mercados Emergentes Podrían Crecer
Un dólar más débil cambia el sentimiento de los inversionistas y aumenta el atractivo de los activos no estadounidenses, incluidos los bonos y acciones de mercados emergentes. Estudios muestran que esto típicamente impulsa una reubicación de las carteras globales, con la deuda en moneda local de mercados emergentes atrayendo un renovado interés. De hecho, las entradas en la deuda local de los mercados emergentes han alcanzado niveles récord en 2025, impulsadas por retornos de dos cifras.
Para muchas naciones de mercados emergentes con deudas en dólares estadounidenses, la caída del dólar ofrece un alivio directo—reduciendo el costo real de reembolso, ampliando la flexibilidad fiscal y disminuyendo el riesgo de incumplimiento.
Como se mencionó anteriormente, la Fed parece cada vez más inclinada a bajar las tasas de interés. Esto ampliaría la diferencia de rendimiento entre los bancos centrales de mercados emergentes y EE. UU., potencialmente reactivando estrategias de “carry trade”, donde los inversionistas piden prestado dólares baratos para financiar posiciones en activos de mercado emergente con mayor rendimiento.
Un dólar más débil también apoya los aumentos en los precios de las materias primas. Dado que la mayoría de las materias primas se valoran en dólares, un dólar más blando mejora los retornos en moneda local. Esto beneficia a economías de mercados emergentes ricas en recursos como Brasil, Rusia, Sudáfrica e Indonesia, cuyo crecimiento está estrechamente ligado a las exportaciones de materias primas y energía.
Los Riesgos Detrás de la Debilidad del Dólar
Si bien las entradas de capital pueden impulsar el rendimiento de activos en mercados emergentes, también conllevan riesgos desestabilizadores cuando ocurren demasiado rápido. Salidas repentinas, provocadas por aumentos en los rendimientos de EE. UU. o un cambio en el sentimiento de riesgo global, pueden causar fuertes dislocaciones en el mercado.
Estos vientos a favor dependen en gran medida de la consistencia de la política de EE. UU. Si la Fed invierte inesperadamente su rumbo debido a choques geopolíticos, el rebote resultante del dólar podría llevar a correcciones bruscas en los activos de los mercados emergentes.
Instantánea Actual y Estrategia de Mercado
Estamos presenciando actualmente entradas récord en la deuda de mercados emergentes. Según datos de EPFR, los fondos de bonos en moneda local de mercados emergentes han registrado ocho semanas consecutivas de entradas, incluyendo un máximo histórico semanal cercano a $3.8 mil millones. Esta ola refleja la creciente confianza de los inversionistas en el potencial de “carry” y la estabilidad relativa de la deuda de mercados emergentes en medio de un dólar estadounidense debilitado.
Las acciones de los mercados emergentes también están superando al S&P 500, con muchos analistas esperando que la debilidad del dólar persista durante el resto de 2025. Esta perspectiva se apoya en valoraciones estiradas del dólar y una tendencia más amplia de desinflación estructural, ambas que refuerzan el caso para un continuo crecimiento en los activos de mercados emergentes.
En este entorno, se alienta a los comerciantes e inversionistas a mantenerse ágiles y receptivos a las condiciones cambiantes. Con los rendimientos de los bonos de mercados emergentes ofreciendo retornos atractivos, la exposición a través de fondos cotizados en bolsa (ETFs) de bonos gubernamentales o corporativos en moneda local puede ser una forma efectiva de capturar ingresos mientras se diversifica el riesgo cambiario.
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