La última estrategia económica del presidente Trump está haciendo más que levantar cejas, está reescribiendo las reglas. En un marcado desvío de la política de libre mercado tradicional, el gobierno de EE. UU. ahora está interviniendo como un inversor, adquiriendo participaciones en empresas que considera vitales para la seguridad nacional.
No está sucediendo durante una recesión o una guerra mundial. Está ocurriendo en tiempos de paz, lo que lo hace aún más relevante para el mercado.
Un Nuevo Tipo de Jugador en el Mercado
Comencemos con los titulares. Cuando Nippon Steel de Japón trató de adquirir U.S. Steel, el acuerdo solo avanzó después de que la administración Trump asegurara una “acción dorada”.
Esta acción especial le da al presidente de EE. UU. poder de veto sobre decisiones como cerrar plantas o trasladar la producción al extranjero. El gobierno no invirtió dinero en la empresa, pero ahora tiene un asiento en la mesa.
Luego está la inyección de capital de 400 millones de dólares del Pentágono en MP Materials, el único minero y procesador de tierras raras en suelo estadounidense.
Ese acuerdo convirtió al Departamento de Defensa en el mayor accionista y garantizó un precio mínimo para los imanes de tierras raras utilizados en todo, desde aviones de combate hasta vehículos eléctricos. En resumen, el gobierno tiene un interés evidente… y una cadena de suministro que proteger.
Acciones Doradas y Participaciones Estratégicas
Los mercados reaccionaron rápidamente. Las acciones de MP Materials aumentaron con la noticia, al considerarse un menor riesgo y una demanda gubernamental garantizada. Los traders ahora buscan jugadas similares: ¿qué empresa podría respaldar Washington a continuación?
La lista corta incluye contratistas de defensa, desarrolladores de inteligencia artificial, laboratorios cuánticos y fabricantes de tecnología limpia. En otras palabras, cualquier persona construyendo la base de la seguridad nacional o de la transición energética.
Sin embargo, no todo son ventajas. Estos movimientos introducen nuevos tipos de riesgos. Cuando el gobierno se involucra, la política sigue. Las decisiones pueden priorizar la política sobre el beneficio. Y si estas empresas no rinden, los contribuyentes asumirán el costo. También existe la posibilidad de que los traders privados se sientan incómodos si se sienten desplazados o sorprendidos por movimientos estatales repentinos.
Ganadores, Riesgos y Reacciones
Aún así, el cambio más grande es psicológico. Los traders ahora deben sopesar las probabilidades de que una empresa se convertirá en parte de una asociación público-privada. Una acción dorada aquí, un vehículo de inversión al estilo soberano allá, y de repente, las “fuerzas del mercado” comienzan a parecer un poco más… curadas.
Esto podría generar un impulso en todo el sector en áreas consideradas estratégicas, pero también significa que cada llamada de ganancias, oferta de adquisición o memo de política podría tener un significado más profundo.
En resumen, el S&P 500 sigue manteniéndose fuerte por encima de la marca de 6400, demostrando que el sentimiento del mercado más amplio no ha empeorado. Sin embargo, hay una creciente sensación de que un nuevo tipo de impulso—el respaldo del gobierno—está impulsando algunas acciones más allá de los fundamentos habituales.
Con EE. UU. adentrándose más en una política industrial, es posible que los aliados sigan su ejemplo. Podríamos ver un cambio global de la competencia puramente de mercado a bloques económicos coordinados por el estado.
Eso es especialmente relevante en sectores donde China domina actualmente las cadenas de suministro. Las tierras raras son el indicador de este cambio.
El Cambio Global Comienza
El momento también es clave. Con la Reserva Federal manteniendo las tasas estables en 4.5 por ciento y las conversaciones sobre recortes de tasas aumentando para septiembre, la estrategia de inversión de Trump puede ejecutarse paralelamente a la flexibilización monetaria.
Martes, 29 de julio, se abre con el informe de ofertas de empleo JOLTS, pronosticado en 7.49 millones en comparación con los 7.77 millones anteriores. Esta continua disminución sugiere que el mercado laboral se está enfriando gradualmente, lo que se alinea con la trayectoria preferida de la Fed.
El miércoles, 30 de julio traerá dos eventos clave. Primero, se espera que el PIB anticipado de EE. UU. repunte al 2.4 por ciento desde la contracción del -0.5 por ciento del trimestre anterior. Ese tipo de rebote sugeriría que la economía en general sigue siendo resistente, incluso bajo altas tasas de interés. Junto con cualquier debilidad del dólar, un fuerte dato del PIB podría ofrecer un alivio a corto plazo. También está en la agenda la decisión de tasas del Banco de Canadá, con los mercados esperando que no haya cambio en el 2.75 por ciento.
Jueves, 31 de julio será el día más movido. Se espera que la Reserva Federal mantenga las tasas en 4.5 por ciento, pero el mercado estará atento a cada palabra del comunicado. Los traders quieren claridad sobre si un recorte en septiembre está en juego, especialmente después de que Trump insinuara que su reciente reunión con funcionarios de la Fed fue dovish. Mientras tanto, se espera que el Banco de Japón mantenga su tasa en 0.5 por ciento.
Viernes, 1 de agosto concluye con el informe de nóminas no agrícolas de EE. UU., que se espera en 108,000 empleos frente a los 147,000 del mes pasado, y un aumento pronosticado en el desempleo al 4.2 por ciento desde el 4.1 por ciento. Estos números anclarán la narrativa macroeconómica de la semana.
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